La controversia por la penalización de la dosis personal va en aumento especialmente este último mes donde gestores y opositores ponen su punto  de vistan, de porque se debe o no despenalizar la dosis personal, algunos aluden que  debe hacerse éste cambio en la legislación al tratarse del consumo mínimo que un individuo utiliza para satisfacer su necesidad y lo que se debe castigar es el trafico.  Luego si no existieras este consumo no se acabaría el trafico?…otros sectores  por su parte exigen que los consumidores se pongan en manos de especialistas para rehabilitarse siendo el Estado quien proporcionaría las herramientas en este proceso, pero igual apoyan la despenalización de la dosis mínima. Incluso algunos han propuesta que se creen nuevos juzgados y que estos estén acompañados de un medico.

Sin embargo hasta el  momento con lo que contamos es con el pronunciamiento de la Honorable corte Suprema de  Justicia  que refiere que el Acto Legislativo 02 del 2009 y el artículo 11 de la Ley de Seguridad Ciudadana (L. 1453/11), que prohíben el consumo y el porte de estupefacientes, incluido el de la dosis mínima, anulan el libre desarrollo de la personalidad, castigando el fuero interno sin menoscabar los derechos de los demás  .
Igualmente la alta corporación aduce que hay que dar a conocer lo que es una dosis personal, y hasta cuantas de estas dosis puede tener un individuo para su consumo, lo que se denomina autoabastecimiento, o abastecimiento diario, lo legal son 2,3 gramos dice la corte, pero cuantas de estas dosis necesita un individuo, para  cumplir su requerimiento diario?

Variación que se da según el individuo, por lo cual y a pesar de que sea el mismo quien se auto destruya, dañe moral y físicamente a quienes lo rodean está haciendo parte del micro tráfico, y a su vez del gran tráfico.  ¿No son estos grandes traficantes quienes viven de la venta del consumidor final?.

Es por esto que la Corte Suprema de Justicia está en contravía de la penalización de la dosis de abastecimiento personal, dejando de lado la circunstancia de tráfico de estupefacientes que se genera por el consumidor final y el problema de salud pública, los altos niveles de consumo y desde tan temprana edad, siendo enfáticos en la importancia de la educación y tratamiento de los adictos por parte del Estado que seguramente disminuiría la incidencia.